En ocasiones la gente se toma muy a la ligera lo de realizarse un tatuaje*. Sobre todo a la hora de hacerse algo pequeño, algunos coleccionistas neófitos buscan tatuajes baratos ya que piensan que un tatuaje sencillo puede hacerlo cualquiera.
Si evaluamos al tatuador que nos va a marcar la piel para siempre simplemente por ser el más económico tendremos muchas más posibilidades de acabar con un tatuaje que no nos guste, y para terminar en esta situación es mejor estarse quieto.
Lo primero que debe un usuario tener en cuenta antes de decidir quién quiere que lo tatúe es la higiene y la seguridad.
Una vez nos fiemos de que el aplicador de la técnica sepa lo que está haciendo con nuestra salud, es el momento de contemplar su calidad artística y creativa, y por último el aspecto económico.
Es posible que cuando hemos cometido algún error con nuestra piel no nos atrevamos a volver a tatuarnos o desconfiemos de todo el mundo para arreglarlo.
También está el que vuelve a cometer el error de ponerse de nuevo en manos inexpertas para tapar o arreglar un tatuaje no deseado.
Para tapar un tatuaje con otro es necesario que el nuevo tatuaje que cubra el viejo sea más grande, por lo que si no se hace correctamente y hay que volver a tapar el segundo se duplicará la dificultad y el tamaño del trabajo resultante.
Hay personas que piensan que para tapar un tatuaje solo podemos hacerlo con negro, por lo que tienen cierta predisposición al tapado con un tribal*.
Ciertamente el negro es el color más cubriente que existe, pero si el tatuaje a tapar es grande necesitaremos un tribal muy tosco y con mucho relleno*, y queda el problema de que entre las piezas nuevas se vea el tatuaje antiguo.
Es mucho más fiable que un tribal para cubrir un tatuaje utilizar un elemento figurativo.
El poder situar las sombras o los detalles en función de la zona que tengamos que cubrir es una gran ventaja que da flexibilidad al tatuador en la tarea de cubrir un tatuaje antiguo.
El color es también un poderoso aliado del que dispone el tatuador para tapar tatuajes no deseados.
Combinar las sombras* con los colores es la forma más práctica de tapar un tatuaje, ya que si el motivo a tapar es grande y su contorno está bien marcado necesitaríamos una gran cantidad de negro y de sombra oscura para taparlo si no se desea color.
De todas formas si el tatuaje a tapar tiene relieve el nuevo no sirve para ocultar esto. Aunque se disimule el dibujo, el relieve de la piel abultada delata un tatuaje previo, aunque aún así el resultado puede seguir siendo satisfactorio.
*Palabras incluidas en el Glosario.