El arte del tatuaje tiene tal diversidad respecto a la procedencia, la cultura y el uso que se le da tanto en el ámbito tribal como en el tradicional y el moderno que resulta totalmente imposible tratar de abarcarlos todos sin dejarse algo. El tatuaje ha sido tratado durante milenios tanto como algo sagrado, místico y ceremonial como de manera despectiva, excluyente y marginativa.
En el mundo moderno aún existe esta cierta dicotomía entre lo sublime y lo mezquino de esta técnica, aunque poco a poco mediante la globalización la sociedad occidental ha ido aceptándolo gradualmente hasta el punto de que hoy en día son incluso considerados artículos de lujo por muchos.
El respeto y el afán por la conservación de la cultura tradicional por parte de muchos tatuadores y coleccionistas han hecho que hoy en día el usuario tenga a su disposición un repertorio de opciones casi ilimitado. En la actualidad podemos contemplar trabajos de estilo tradicional y tribal puros o evoluciones de estos adaptadas a la demanda, fusiones entre estilos, nuevas tendencias o adaptaciones en la piel de otros soportes y lenguajes.
La proliferación de la técnica ha favorecido la aparición de nuevos artistas que han cambiado la actitud general respecto a las posibilidades plásticas potenciales que puede tener un tatuaje. La revolución artística que ha experimentado esta técnica en los últimos treinta años ha permitido que los artistas contemporáneos que se dedican a ella comiencen a investigar y experimentar con nuevas tendencias y distintos acabados totalmente innovadores al mismo tiempo que se mantienen los diseños más ancestrales de culturas remotas y/o extinguidas.
En este apartado procuro mostrar un resumen en el que incluyo a grandes rasgos los estilos de tatuaje que me parecen de mayor trascendencia en relación a lo extendidos que estén y a la importancia histórica que posean.