Dentro de los estilos más recientes y novedosos de tatuajes uno de los más originales y con los que más disfruto es con el dotwork*.
Este estilo se basa en dibujos bien definidos con tinta plana* habitualmente negra sin sombreado. Para ello se recurre a la línea*, el relleno puro y el puntillismo.
Tengo pendiente publicar un artículo acerca del tatuaje* de línea, en el que desarrollaré más este estilo tan emparentado.
En lo que se refiere al dotwork y a este tatuaje en concreto, el acabado con solo tinta negra y sin sombrear es una de las formas de dar a la obra un carácter más sintético, rotundo y directo que con la sutileza de las sombras.
Es un estilo que no contamina mucho la pureza del dibujo y que deja que la línea se luzca por completo, aunque no por ello los tatuajes de este tipo tengan que ser en absoluto sencillos. En ocasiones este estilo puede llegar a ser muy complejo y elablorado.
Una de las situaciones en las que mayor complejidad adquiere la técnica del tatuaje con el acabado de línea-relleno-punto es cuando se utilizan motivos* mandálicos.
Los tatuajes de mandalas* son un tipo de diseño* milenario que recientemente ha adquirido una gran fuerza en el panorama actual, y ha conseguido incluso fusionarse con motivos en mayor o menor medida figurativos*.
Habitualmente este tipo de fusiones se utilizan para confeccionar flores o animales. En este caso esta simpática coleccionista* quiso hacer un búho de dimensiones considerables. Los búhos y las lechuzas son también un elemento bastante más solicitado en los últimos años que tradicionalmente.
El muslo es una zona bastante discreta para hacerse un tatuaje, aunque esta chica no lo hiciera por discreción sino por ser el sitio que le gustaba. Es una parte del cuerpo sexy y sugerente que también lleva un tiempo siendo muy solicitada por los coleccionistas* en general, en especial los del género femenino.
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