RECOPILACIÓN DE TATUAJES VOL XXVII (2014/5) |

Una vez más gracias por visitar esta nueva recopilación de los mejores tatuajes realizados en este estudio de la capital de Granada. Corríamos a lo largo de 2014 donde lo dejamos y debemos retomarlo. Ya en este año se inauguró la página web oficial de Roots Tattoo Granada, concretamente el 12 de octubre a las 12.00h, fecha y hora en la que yo cumplía 36 años y momento exacto en el que llevaba media vida tatuando (ahora llevo algo más), por lo que escribí un artículo para estrenar la página llamado “Media vida sin colgar los guantes“, en el que dirijo una mirada a esos años de profesión personal y socialmente.

Las fechas y las horas son un tipo de tatuaje* que en ocasiones sustituyen al nombre o lo acompañan, para evitar ser demasiado evidentes o para recalcar aún más algún tipo de dato sobre nacimiento, muerte, inicio de una relación, etc. También se utilizan las coordenadas de algún lugar en concreto.

En ocasiones está justificado debido a la temática del tatuaje, aunque en mi opinión está bastante sobreexplotado el recurso del texto explícito dentro de una composición que pueda no necesitarlo.

Personalmente yo prefiero la sutileza de la metáfora visual, pero al final es el usuario* quien tiene la última palabra respecto a lo que se quiera tatuar, y normalmente se inclinan a excederse en el número de elementos introducidos debido a una especie de pánico a que el espectador de la obra no aprecie que el tatuaje pueda tener significado a no ser que se citen textualmente los datos dentro de la dermografía*.

Si la temática del tatuaje representa el nacimiento de una persona podemos concedernos la licencia de introducir el nombre y el momento o lugar de dicho acontecimiento, pero si por ejemplo nos estamos tatuando un guerrero samurai cortando cabezas no tiene mucho sentido meter el nombre de nuestra madre y la fecha de nacimiento de todos nuestros hermanos y sobrinos.

Cuando queremos hacernos un nuevo tatuaje debemos ser organizados y tener claras nuestras preferencias. A veces queremos juntarlo todo en una sola obra aunque no haya conexión alguna entre los conceptos a desarrollar, por lo que el resultado no expresa correctamente ninguno de ellos con claridad.

Tampoco me parece bien el peso con el que me cargan algunos clientes que me sueltan “Quiero hacerme un tatuaje abstracto* que simbolice la amistad, el valor y la fuerza” y se quedan tan panchos. Tócate los h…

Durante la elección del diseño para un tatuaje el coleccionista debe por sí mismo decidir al menos un rumbo a seguir en cuanto al sentido que le quiera dar a la obra, y una serie de elementos con los que simbolizar estéticamente estos conceptos, pero este fin debe buscarse de una forma lógica y coherente.

No se puede acudir a un estudio de tatuajes y decirle al tatuador que quieres tatuarte un árbol que simbolice la integridad moral y la inteligencia emocional, porque le estamos pidiendo que resuelva un problema al que nosotros mismos no hemos encontrado solución porque está mal propuesto desde el principio.

Realmente no es tan difícil seguir un método para llegar a una propuesta válida para crear un tatuaje artístico, pero es muy importante la organización y no dejarse llevar por masturbaciones mentales.

Frecuentemente los coleccionistas empiezan por el final cuando buscan el porqué de su tatuaje, en caso de que lo estén buscando siquiera. Bien es cierto que podemos encontrar una simbología para un motivo que nos atraiga de antemano, originado en nuestra mente en base a los atributos particulares de la imagen, pero lo hagamos por el sistema que lo hagamos debe haber siempre congruencia en el razonamiento y justificación para que el resultado sea válido.

Partamos del diseño o de la idea, el resultado de nuestra reflexión acerca de lo que nos queramos tatuar tiene que ser lógico y coherente. No debemos mezclar elementos inconexos de forma aleatoria y esperar que el guiso sepa bien, y para conseguir armonía estética y conceptual debemos aprender a compartimentar el contenido y sacrificar lo que resulte innecesario o confuso.

El tatuador que nos asesore puede aportar su visión y su experiencia para completar el trabajo del cliente, pero es un ejercicio de compenetración en el que ambos deben adaptarse a la comprensión del objetivo por parte del otro, dado que la idea debe partir del coleccionista, pero su adaptación a la piel es tarea del tatuador.

La sincronía entre ambas partes es la que hace que el resultado del tatuaje sea bueno. El usuario debe aprender a renunciar a ciertos detalles que estén de más y el artista también debe amoldarse a la idea sin tratar tampoco de imponer su criterio o su estilo ignorando las premisas de quien al fin y al cabo es quien va a llevar el tatuaje en su cuerpo.