Hay un gran sector entre el público que quiere tatuarse que no desea un tatuaje grande ni complicado, que solo desea un pequeño detalle para añadir a su cuerpo.
En ocasiones es por ser el primero que se realice, por miedo al dolor o dudas, y otras veces es porque el usuario ha decidido que quiere que su tatuaje sea de ese tamaño.
El que un tatuaje sea pequeño no limita el que pueda tener un gran simbolismo o valor artístico, aunque técnicamente sí que contiene grandes limitaciones.
Para que un tatuaje pequeño pueda ser satisfactorio tiene que tener un tamaño proporcional a la cantidad de detalle. Es decir, a más detalle más grande tendrá que ser el tatuaje para que el resultado final sea coherente y duradero.
El detalle excesivamente pequeño, especialmente las líneas y en ciertas partes del cuerpo no solo en ocasiones es imposible de realizar, sino que además la distensión de la tinta* hará que en muy poco tiempo el tatuaje se estropee y se vuelva ilegible.
La línea* de contorno en la piel debido a que la regeneración de esta desagrupa las células suele aumentar de grosor con los años. Este aumento de la línea es variable según la cantidad de tinta, el tipo de piel, la profundidad del pinchado, la zona del cuerpo, etcétera.
En condiciones normales el ensanchado de la línea es apenas perceptible en una buena cantidad de años, y la intensidad del relleno también es bastante duradera si se ha cuidado la curación. Aún así el caso es que cuanto más pequeño sea el tatuaje menor será el margen que tenemos para introducir detalles.
Mucha gente piensa que haciéndose el tatuaje al tamaño mínimo que se pueda tendrá menos probabilidades de arrepentirse, pero sucede todo lo contrario.
Un tatuaje excesivamente pequeño no solo puede perder el valor estético a causa del tamaño, el paso de los años puede hacer que se estropee de manera que requiera un tapado, por lo que al final el resultado será de un tamaño mayor que el que hubiera tenido si en principio se hubiera hecho al tamaño apropiado, por no hablar del acabado menos nítido que conlleva un coverup.
Quizá demasiado a menudo aparece por mi estudio gente solicitando que les haga el diseño lo más pequeño posible, dando referencias imposibles, en ocasiones inferiores a un centímetro.
Cuando les argumento el porqué no pueden hacerse ciertos tatuajes a ciertos tamaños a veces me confiesan que ya les han dicho eso en otros estudios. La verdad, no sé por qué hay gente que acude a estudios profesionales de tatuajes si luego no van a hacer caso al profesional en temas en los que no cabe discusión, son una realidad. Soy el primero que opina que el tatuador no debe imponer sus preferencias al cliente, que un tatuaje debe ser el resultado de la comunicación entre artista y coleccionista, pero lo que es imposible no se puede hacer.
Los usuarios que siguen buscando al tatuador que les siga el rollo y les haga lo que ellos piden tras haber ignorado las indicaciones de buenos tatuadores suelen acabar en manos de algún pinchalunares* al que no le importe nada más que el dinero y no mire por la durabilidad del trabajo.
En ocasiones vuelven después de una experiencia fallida en la que se han dado cuenta de que lo que le habían dicho los tatuadores serios era verdad. Es muy frecuente en estas circunstancias escuchar la frase “Mira la marranada que me han hecho”, a lo que habría que contestar “Pues culpa tuya es”.
Mucha gente piensa que por ser pequeño un tatuaje es más fácil de realizar, pero sucede todo lo contrario. Cuanto menos espacio haya más difícil y menos preciso será el delineado, aparte del ya comentado problema de la conservación.
Si el motivo de hacer el tatuaje lo más pequeño posible es para que salga lo más barato que se pueda, los estudios de tatuaje suelen tener un precio mínimo estipulado, por lo que no se va a abaratar por hacerlo a un tamaño inapropiado. Si es por el miedo al dolor al ser pequeño quizá solo haya que sobrellevarlo (que no es para tanto) 10-20 minutos más para tenerlo al tamaño correcto que requiera el diseño.
Otro caso en el que la gente quiere que su tatuaje sea lo más pequeño posible es por asuntos de discreción. A veces la gente pide un tatuaje en la mano o el antebrazo que sea discreto, lo cual es bastante poco probable que se consiga por ser zonas siempre visibles. Para compensar esto el usuario pretende hacerlo muy pequeño, pero desconoce que si es demasiado pequeño hay posibilidades de que no quede bien o de que con los años se vea solo un manchurrón antiestético que haya que cubrir con algo de un tamaño más considerable.
Si se quiere discreción en un tatuaje lo mejor es buscar una zona del cuerpo discreta, acorde con el tamaño mínimo que el diseño requiera, pero forzar al tatuador a que lo haga más pequeño de lo que se recomienda puede originar que se vaya a exhibir en una zona siempre visible un tatuaje descompensado y por lo tanto incoherente y enrarecido, lo cual entorpece su apreciación estética.
Un tatuaje bien realizado es considerado un artículo de lujo, dado que el precio para algunas personas puede resultar un poco elevado (no tanto si lo comparas con lo que gastamos en ropa y lo que esta nos dura). Un tatuaje mal realizado aún hoy día sigue considerándose de gente relacionada con la delincuencia. Si se supone que un tatuaje refleja la personalidad de su portador y llevamos tatuajes mal realizados (entre los cuales incluyo los demasiado pequeños por las razones anteriormente mencionadas) vamos a dar una mala impresión de nosotros mismos, por lo que si lo que buscamos discreción es mucho mejor esconderlo un poco a realizarlo a la vista a un tamaño inadecuado.
En la mayoría de ocasiones la gente se arrepiente más de haberse hecho un tatuaje demasiado pequeño que demasiado grande. Suele suceder con los primeros trabajos que recibe un usuario de la técnica, cuando aún siente inseguridad (cosa natural y necesaria). Una vez que ha cogido confianza y gusto por la tinta, el segundo tatuaje que suele hacerse es una ampliación del primero, que ahora le sabe a poco.
Para que esta ampliación quede bien el primer tatuaje debe tener un tamaño apropiado al conjunto a realizar y a la zona del cuerpo que se quiera ocupar. Por ejemplo en este tatuaje de la derecha. Esta chica italiana, Sabrina, clienta de varios años y de un número considerable de tatuajes comenzó su brazo por taparse un tatuaje demasiado pequeño en la muñeca con un grano de café en su flor, y luego añadió dos ampliaciones que además se distinguen a la perfección en la fotografía.
El tamaño del grano de café pudo ser más pequeño para tapar el tatuaje antiguo, y de hecho normalmente ella solicita tatuajes más bien pequeños en función al detalle, pero observen que el conjunto está proporcionado. Si el primer tatuaje, el grano de café que ocupa la parte más baja hubiese sido de 1,5 cm en lugar de 4 la composición final se vería descompensada, el primer tatuaje parecería un parche pegado desde otro sitio, y si las ampliaciones hubieran seguido sus proporciones no llegarían a ornamentar en condiciones el antebrazo como este hace.
Un tatuaje pequeño tiene muchas cualidades y puede albergar profundos significados, pero si no se tiene cuidado con las proporciones y se hace demasiado pequeño puede acabar siendo considerado como un error. Es un error que los tatuadores procuramos advertir a los coleccionistas antes de realizar el tatuaje (si aceptamos el trabajo) y es sin duda el consejo más desatendido por los clientes en la historia del tatuaje.
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